Álvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Acepta todas las invitaciones y va a todas sonriente, mostrando que su robustez es de quien tiene buen diente. Se ha metido en líos, de los que no ha salido bien librado; pero ha conseguido, de tarde en tarde, mantenerse en la escena pública, para los dimes y diretes en los medios de comunicación. Y se ha llevado la nota, mientras los caricaturistas se dan vuelo, pues su figura se presta para los retratistas con humor negro.
Recientemente volvió a las páginas de los diarios y a una que otra radio, ya que está envuelto en lo que parece es un falso pagaré por 130 millones de dólares con cargo a la ya fallecida Olga Azcárraga, quien fuera propietaria de una colección de obras de arte que maneja la empresa Arthinia Internacional.
Ha sido Impacto, El diario quien ha estado al tanto del caso y que presenta la posibilidad de que el obispo pueda ser encarcelado, pues el delito que le cuelgan está gravemente sancionado por ser un fraude procesal. El ministro católico ha sido citado a declarar, pero se negó a cumplir con el citatorio del Ministerio Público, muy a su estilo de ponerse por encima de las cuestiones mundanas.
Empero, para no atender la cita en la Procuraduría General de Justicia, del Distrito Federal, mandó decir, no precisamente que haya hablado con Dios, pero sí que se entrevistó con el presidente Calderón “y que le hicieran como quisieran”.
Onésimo, el jerarca religioso de Ecatepec (el edificio que alberga su iglesia es una impresionante edificación) siempre ha presumido de sus amistades y relaciones con las mujeres y los hombres del poder político y económico (y para eso ha recurrido ya a Beatriz Paredes y a Olegario Vázquez Raña el empresario de medios de comunicación y negocios mil como los hospitales, no confundirlo con su hermano Mario). Aseguró a sus portavoces que fue recibido en Los Pinos para, obviamente, pedir protección, sin saberse si se la otorgaron, aunque es muy dudoso.
El pagaré de marras, al parecer, fue elaborado después de la muerte de la señora Azcárraga, lo que supone que es una falsificación en su contenido, si es que acaso la señora firmó una hoja en blanco y donde la letra no coincide con el texto del documento, al decir de peritajes.
El asunto pues está en manos de quien, como ministerio público del fuero común, ejerce la acción penal. El obispo se resiste a comparecer, pero tendrá que hacerlo, más temprano que tarde o se pondrán en marcha otros actos procesales, como el de obligarlo a presentarse por las vías de apremio policiales. Don Onésimo tendrá que responder jurídicamente.
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