18 de febrero de 2008

La verdad sobre el petróleo





Macario Schettino Yáñez

La verdad sobre el petróleo Cualquier discusión seria sobre el petróleo debe partir de información concreta, si lo que se quiere es aprovechar ese recurso en beneficio de todos los mexicanos. Claro que si lo que se busca es usar al petróleo como bandera para seguir engañando, basta con repetir mentiras una y otra vez. No creo que sea ése el camino, así que permítame ofrecer información.

Antes que nada, vale la pena recordar que el petróleo es propiedad de la nación desde 1917, cuando se promulgó la Constitución que hoy sigue en vigor. La nacionalización realizada por Lázaro Cárdenas en 1938 no tiene nada que ver con la propiedad del petróleo, sino con la creación de una empresa nacional que tiene el monopolio de la extracción del crudo, y de buena parte de las actividades que ocurren a su alrededor.

En el pasado, México produjo petróleo de manera importante sólo entre 1911 y 1921. En ese último año, los pozos fáciles se agotaron, y casi al mismo tiempo se descubrieron los inmensos campos de Maracaibo, en Venezuela. El interés de las grandes empresas, inglesas, holandesas y estadounidenses, se dirigió al sur del continente, y México redujo rápidamente su producción. En 1921 alcanzamos un pico de 200 mil barriles diarios (mbd), pero para fin de esa década andábamos ya en menos de 50 mbd. No volvimos a alcanzar los 200 mbd sino hasta 1974, más de medio siglo después. Entre esos años, México no tuvo ninguna importancia en el mercado petrolero mundial. Por cierto, 1938 está precisamente en ese periodo en que no éramos importantes.

Lo que nos convirtió en potencia fue el descubrimiento de Cantarell, el gran manto petrolero que hoy está en declinación. En su mejor momento, fue el segundo manto más importante del mundo. A inicios de 2004, se alcanzó la máxima producción en Cantarell, 2.2 millones de barriles al día (mmbd). En diciembre pasado, la producción fue de 1.2 mmbd. Cantarell se acaba muy rápidamente. Mucho más rápido de lo que Pemex esperaba.

Al declinar Cantarell, regresamos a lo que éramos antes, es decir, poco importantes. Tan poco, que posiblemente no seamos capaces de producir petróleo para cubrir nuestras necesidades. Hay pozos que se dejaron de operar hace muchos años y que hoy se recuperan, y hay zonas que pueden ponerse a producir, pero no cambiarán mucho el panorama. El único espacio que puede resultar muy interesante es el golfo de México, en la zona profunda. Puede ser que haya ahí un tanto similar al que tuvo Cantarell, aunque no sea en un solo manto, cerca de 50 mil millones de barriles. Para que tenga usted una idea de lo que esto significa, Brasil acaba de localizar un área similar cerca de Río de Janeiro. Se espera que se tengan que invertir 100 mil millones de dólares para que se ponga a producir, algo que ocurrirá hacia 2013. Para lograrlo, Petrobras hará inversiones conjuntas con otras empresas.

En menos palabras, México dejará de exportar petróleo para 2011. Recuperar la capacidad de exportación, y sobre todo garantizar el abasto interno de petróleo, exige que se invierta en la zona profunda del golfo. La cantidad de recursos, como ejemplifica el caso de Brasil, no es menor. Pero hay que sumarle a eso lo que Pemex ya está invirtiendo ahora, para no dejar de producir. De 2000 a la fecha se han invertido más de 80 mil millones de dólares, y se tendrá que continuar a ese ritmo. Es decir que hay que pensar en 35 mil millones de dólares al año de inversión para mantener la producción actual y, simultáneamente, desarrollar capacidad en las aguas profundas. Esa cantidad es prácticamente lo mismo que exportamos de crudo cada año.

Todos los datos que tenemos indican que es necesario modificar la manera en que aprovechamos el petróleo, si en verdad queremos buscar el beneficio de todos los mexicanos. En este sentido se han expresado ya legisladores de todos los partidos, así como grandes figuras de la izquierda nacionalista, como el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, en varias apariciones públicas, y Gonzalo Martínez Corbalá, en artículo publicado en La Jornada (16/II/08). Hay una base de acuerdo: fortalecer la industria petrolera nacional, sin perder el control del Estado, y hacerlo pronto. Que nadie detenga el desarrollo nacional por sus irracionales ambiciones de poder.

Profesor en la división Humanidades, ITESM-CCM

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