29 de julio de 2009

etcétera con Javier Corral

Marco Levario Turcott

Televisa y TV Azteca alistan su presencia en el Congreso. Pretenden evitar cualquier imponderable normativo que atente contra su interés empresarial y también buscan ensanchar sus privilegios. Con esas definiciones hacen aritmética legislativa, es decir, pasan lista de sus incondicionales; muy a su estilo, además, tejen alianzas y establecen interlocución para persuadir a otros actores de su estrategia política, en particular, para promover la contrarreforma electoral. En ese contexto buscan minar la presencia de quienes entienden que su poder fáctico atenta contra la democracia y eso es lo que intentan con Javier Corral Jurado, quien será diputado federal en la próxima legislatura.

Este proyecto editorial no regatea, más aún, al contrario, aplaude el aporte del político del PAN para que en México haya un entramado legal que acote el poder de los medios y, en especial, el del duopolio televisivo. Muchos hemos sido testigos del denuedo de Corral que se ha mostrado lo mismo en su capacidad de convocatoria que en su disposición para presentar propuestas que, por cierto, han sido distorsionadas por los detentadores del poder mediático y sus voceros.

Las televisoras saben que en Javier Corral encontrarán en el Congreso a uno de sus principales adversarios y por eso intentan lesionar uno de los más importantes capitales de ese próximo legislador chihuahuense como lo es su entereza ética. En particular, Televisa quiere hacerlo al desentrañar un expediente jurídico que la empresa misma desató hace un par de años para minar a su adversario recurriendo a una de las peores prácticas del intercambio público como lo es la calumnia. Y eso, para nosotros en esta revista, es inadmisible. Más allá de las diferencias que con Javier Corral hemos tenido, y que sostenemos aún, es muy claro para nosotros que él es uno de los principales puntos de referencia en la consecución de un sistema de medios acorde con la democracia en México. Sabemos bien que las acusaciones son una patraña más que muestran la estrechez argumental de quienes no pueden justificar con ética y solidez intelectual, la serie de privilegios que tienen y que van en desdoro de la pluralidad en la información que nuestro país necesita.

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