19 de enero de 2010

Los desafíos económicos del nuevo presidente de Chile

Matt Moffett

SANTIAGO, Chile—Sebastián Piñera, el presidente electo de Chile ha prometido aplicar la capacidad de emprendimiento que lo transformó en un multimillonario para vigorizar la economía chilena. Piñera asegura que al reducir la burocracia, fortalecer los incentivos de inversión y administrar de manera más eficiente el sector público, Chile podrá alcanzar un crecimiento promedio de 6% anual durante su mandato, casi el doble de la tasa de la última década.

Economistas independientes, sin embargo, señalan que con un Congreso dividido, junto a las limitaciones estructurales inherentes a una economía pequeña y dependiente de las materias primas, dificultan la obtención de esa meta.

Piñera ganó las elecciones el domingo con 51,6% de los votos, frente al 48,4% de su contrincante Eduardo Frei, un expresidente que representaba a la Concertación, la coalición de centro izquierda que ha gobernado a Chile desde 1990. Piñera será el primer presidente conservador del país desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990. Con participaciones en la mayor aerolínea del país, una estación de televisión y el club de fútbol más popular del país, Piñera podría ser el hombre más acaudalado en ser elegido presidente de un país latinoamericano.

Piñera, de 60 años, dijo que será un presidente emprendedor que se concentrará en dinamizar la economía, que bajo el régimen de Pinochet se convirtió en un laboratorio para las políticas de libre mercado, como la privatización de empresas. Los gobiernos de la Concertación preservaron el marco de estas políticas y reforzaron la red de asistencia social. Piñera, sin embargo, culpa a la complacencia al interior de la Concertación por el declive en la tasa de crecimiento de Chile en la última década, la cual ha caído a cerca de la mitad de la de la década anterior.

Sebastian Piñera y Michelle Bachelet

El presidente electo ha prometido elevar la tasa de inversión a 28% del PIB para finales de su mandato, en 2014, frente al actual 23%. También propone una reforma de los mercados de capital para facilitar que las empresas obtengan financiamiento.

Piñera, que prometió la formación de una Oficina Nacional de Innovación y Emprendimiento para reducir la burocracia, ha aludido a un estudio del Banco Mundial que indica que fundar un negocio en Chile demora 27 días y cuesta US$1.100 mientras que en Nueva Zelanda toma un día y cuesta una fracción de lo que cuesta en Chile.

Piñera, asimismo, ha prometido darle una mayor eficiencia a la administración pública. El mandatario electo dice que debido a la mala gestión de las entidades estatales que manejan el transporte, la energía y la explotación del cobre, Chile ha desperdiciado US$4.000 millones, suficiente dinero para construir 160.000 viviendas.

No obstante, algunos de los remedios propuestos por Piñera podrían toparse con obstáculos políticos debido a las divisiones en el Congreso, lo que podría hacer que el mandatario dependa de al menos algunos de los legisladores de la Concertación. El presidente electo ha dicho que le gustaría desprenderse de hasta 20% de la cuprífera estatal Codelco, ya sea al abrir su capital en bolsa o venderle una participación a los fondos de pensiones. Tanto la Concertación como los sindicatos mineros se han resistido a este plan. Igualmente, la izquierda ha sido poco receptiva de su idea de hacer una reforma laboral para reducir el costo de despedir trabajadores. Piñera insiste que la actual legislación desincentiva la contratación de empleados.

Algunos especialistas en temas de desarrollo señalan que Chile afronta desafíos más amplios que no tienen una solución rápida. Ricardo Hausmann, economista de la Universidad de Harvard, sostiene que Chile se ha demorado en desarrollar nuevas industrias exportadoras que complementen a las ligadas a recursos naturales que impulsaron su crecimiento en los años 80 y 90, como el salmón, la fruta y el cobre. "Chile es como California sin Silicon Valley y sin Hollywood", señala. Hausmann indica que ello se debe, en parte, a las limitaciones de la clase empresarial chilena, que tiende a ser cerrada y conservadora.

Por todas estas razones, algunos analistas tratan de mantener sus expectativas bajo control. "A fin de cuentas, creemos que el crecimiento anual bajo el gobierno de Piñera probablemente promediará 4%, que aunque no deja de ser llamativo dado el desfavorable contexto internacional, decepcionaría a los pronósticos más optimistas del nuevo presidente", indicó en un informe Capital Economics Ltd. de Londres.

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