18 de febrero de 2009

Televisoras, convertidas en el "gran elector": Aristegui y Aguayo

MIGUEL CABILDO (apro)

Luego de advertir que en México podría haber surgido el dedazo de las televisoras, el investigador Sergio Aguayo y la periodista Carmen Aristegui señalaron que el duopolio busca convertirse en el "gran elector" e influir en el resultado de las campañas electorales.

Este martes, durante la presentación del libro Democracia: Medios de Comunicación y Elecciones en México, Aguayo advirtió que uno de los problemas más graves de la democracia nacional es que no ha logrado encontrarle un lugar adecuado a los medios electrónicos.

Por su parte, Carmen Aristegui expresó que México vive una atrofia de la vida política mexicana, "donde las televisoras están jugando un papel de sometimiento de la propia autoridad electoral".

Agregó:

"Parecería que las televisoras ya no quieren influir en la sucesión presidencial, sino que quieren decidir la sucesión presidencial".

Para el investigador del Colegio de México, "la forma en que se comportaron las televisoras, los partidos y candidatos durante la elección de 2006 y las 13 elecciones estatales de 2007 y 2008, con campañas negativas, parcialidad en algunos noticiarios e inequidad en los tiempos, se mantiene de manera sistemática, lo que demuestra un problema que ha perdurado".

Aguayo sostuvo que hoy en día se ha modificado el lugar que tenían las televisoras, porque en el viejo régimen obedecían a los dictados de la Presidencia, pero en la actualidad se han hecho autónomas y actúan de acuerdo a sus intereses.

Puntualizó:

"Lo que vemos ahora es que tienen la capacidad de convertirse en uno de los grandes electores o un elector privilegiado de quienes van a gobernar México… Podríamos estar viendo el surgimiento del dedazo de las televisoras".

Y frente al fallo del Instituto Federal Electoral (IFE), que decidió no sancionar a las dos empresas televisivas más importantes del país por transmitir spots electorales en bloque e interrumpiendo su programación, Aguayo dijo que el organismo queda "mal" porque da la percepción de que la ley se vuelve a negociar.

En el mismo sentido, Carmen Aristegui expresó que la autoridad electoral quedó disminuida y nos muestra el papel de los "poderes fácticos", que no es otra cosa que ejercer un poder sobre el interés público sin tener mandato.

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