Las declaraciones de los presidentes de Brasil y México de que sus países ya han salido de la recesión y tendrán un sólido crecimiento en el 2010 constituyen una buena noticia, y ambos líderes merecen ser aplaudidos por su buen manejo económico. Pero en el contexto global, la recuperación de los dos gigantes latinoamericanos será modesta.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva predijo durante una visita a Gran Bretaña la semana pasada que la economía de su país crecerá ``por lo menos'' un cinco por ciento en el 2010, y que en algún momento entre el 2016 y el 2020 Brasil se convertirá en la quinta economía más grande del mundo.
"Estamos cansados de ser el país del futuro'', dijo Lula. "El siglo XXI es el siglo de Brasil".
Casi simultáneamente, el presidente mexicano Felipe Calderón proclamó el viernes que la economía de México se está recobrando de su peor crisis de los últimos tiempos. Después de sufrir una caída de casi un 7 por ciento este año, la economía mexicana crecerá alrededor de un 3 por ciento en el 2010, y alcanzará un índice de crecimiento anual de alrededor de un 5 por ciento para el 2012, afirmó.
Calderón señalo que la economía de México creció un 2.7 por ciento en el tercer trimestre de este año. "Este resultado es una muy buena noticia, porque implica el fin de la recesión", dijo.
Casi todas instituciones financieras internacionales y economistas independientes coinciden en que la economía de Brasil crecerá alrededor de un 4.2 por ciento el año próximo, y la de México en un 3 por ciento. Gracias a que estos dos países representan la mayor parte del producto bruto latinoamericano, se estima que la economía latinoamericana en su conjunto aumentará en un 3 por ciento en el 2010.
¿Pero qué nos dicen estas proyecciones económicas sobre el crecimiento a largo plazo de Brasil, México y Latinoamérica? Me temo que, pese a que son buenas noticias, empalidecen en comparación con los índices de crecimiento que probablemente veamos en China, India y otros países asiáticos. Veamos otros datos que han salido a la luz en estos días, que ayudan a poner las cosas en perspectiva:
• Un nuevo estudio del banco de inversión Goldman Sachs prevé que la economía de China crecerá un 11.9 por ciento en el 2010, y la de India un 7.8 por ciento ese mismo año, muy por encima de los índices de crecimiento de Brasil y México.
Más interesante aún, el estudio realizado por Jim O'Neill, el director de investigación global de Goldman Sachs, prevé que mientras la economía de Brasil crecerá en un promedio de 4.5 por ciento anual entre el 2011 y el 2020, la economía de China crecerá un promedio de 7.7 por ciento, y la de India en 6.4 por ciento en el transcurso del mismo período.
• La participación latinoamericana en el comercio mundial ha permanecido casi estancada durante los últimos treinta años, según la Unidad de Inteligencia de The Economist (UIE). Mientras la participación latinoamericana en el comercio mundial ha aumentado desde 4 por ciento en 1980 hasta 5 por ciento en el 2008, la participación de Asia ha aumentado desde 6 por ciento en 1980 a 23 por ciento en el 2008, según la UIE.
• Cuando se observa el número de patentes registradas por país de origen en el registro de patentes de Estados Unidos, un indicador clave para ver la cantidad de invenciones de distintos países que inundarán los mercados mundiales en los próximos años, Brasil, México y el resto de Latinoamérica salen muy mal parados.
Un estudio del experto del Banco Mundial, Marcelo Giugale, revela que en los últimos cinco años, la Oficina de Patentes de Estados Unidos otorgó 563,000 patentes a residentes estadounidenses, 43,000 a residentes de Taiwán, 36,000 a residentes de Corea del Sur, 9,800 a residentes de China y Hong Kong, 2,700 a residentes de Singapur y 2,200 a residentes de España.
En comparación, durante el mismo período sólo otorgó 840 patentes a residentes de Brasil, 545 a residentes de México y 291 a residentes de Argentina. O sea que Singapur, un país con 4.6 millones de habitantes, está registrando más patentes que los más de 500 millones de habitantes latinoamericanos en su conjunto.
Mi conclusión: Brasil y México merecen aplausos por aplicar políticas económicas responsables que les permitirán salir de la actual crisis global más rápidamente que muchos otros países.
Pero si no concentran sus energías en mejorar sus sistemas educativos para tornarse más competitivos y aumentar su participación en el comercio mundial, no saldrán de la mediocridad que ha caracterizado a sus economías en las últimas décadas.
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