Germán Martínez lanzó el reto, ¿pero desde cuándo el PAN y Felipe Calderón necesitan del PRI para gobernar y combatir al narcotráfico? Esa pregunta salta ante la insistencia del líder panista de desafiar a los priistas para aprobar una iniciativa de combate al narcomenudeo, como si con leyes se resolviera un problema mayor que ha sobrepasado no sólo las normas, sino a las instituciones.
Amigo de Calderón, seguidor acrítico de las líneas del gobierno actual, el abogado de la Universidad Lasalle ha negado que su reto lanzado al PRI tenga un tinte electorero. Si no es así, si son tan importantes estas leyes, ¿por qué no retó antes a los priistas?
Nadie puede defender al PRI de su responsabilidad en el crecimiento del narcotráfico en México en las últimas décadas, los gobernantes priistas fueron los que dejaron que este fenómeno del crimen organizado se extendiera en todos los rincones del país y corrompiera el sistema de justicia. De hecho esa fue una de las razones por las que el 2 de julio del 2000, millones de mexicanos hayan votado por "el cambio" que representaba Vicente Fox.
Lo que Germán Martínez oculta detrás de su actitud falsamente peleonera es que, ya en la Presidencia de la República, el PAN se comprometió a agarrar a los "peces gordos" y han pasado ocho años sin que las redes atrapen a uno solo de ellos.
Dice el dicho que a río revuelto ganancia de pescadores, pero en esta crisis han faltado precisamente los pescadores y sólo hay quienes quieren vender en el mercado pescados refrigerados desde hace mucho tiempo.
El dirigente panista ha entrado en un terreno muy resbaloso porque si durante el régimen priista el narcotráfico nació y creció, desde que el PAN tomó las riendas del país esta expresión del crimen organizado se ha extendido y ha penetrado las esferas de los gobiernos municipales, estatales y federal que encabezan los partidos de todos los colores.
Germán Martínez sabe muy bien, o debería saberlo, que no basta con las mejores leyes para abatir el narcotráfico ni el lavado de dinero, sino que hace falta voluntad, inteligencia y sobre todo la decisión para aplicar una estrategia integral de combate al crimen organizado.
El Ejército y la policía no pueden solos abatir un problema que ya rebasó a las instituciones y que se ha convertido en un problema de Estado, y que por ello exige un conjunto de acciones políticas, económicas, financieras y de inteligencia --que no debe confundirse con un vulgar espionaje--, para detener a los cómplices del crimen organizado que están en los tres niveles del gobierno, en el Ejército, los partidos políticos, los bancos y aun en la propia Iglesia católica, donde algunos han estirado la mano para agarrar las llamadas 'narcolimosnas'.
Ante el silencio del PRI, Germán Martínez se ha mostrado ufanamente triunfador, piensa que –¡por fin!– ha ganado una batalla en esta guerra electoral. Pero no se le ocurre que este silencio puede ser parte de una estrategia política de los viejos lobos priistas que saben callar a tiempo para no hacer más olas y, de esa manera, no seguir el juego de provocaciones que ha planteado el panista en los medios de información.
La previsible derrota del PAN en las elecciones de julio para la renovación de la Cámara de Diputados se hace cada día más evidente.
A las encuestas ya difundidas en semanas pasadas, apenas el lunes la realizadora de estudios demoscópicos, María de las Heras, publicó que si las votaciones fueran hoy, 40% de los votantes escogería al PRI, 34% a PAN y 19% a PRD.
Esto daría al PRI, 241 diputados, diez menos que la mayoría absoluta en la Cámara baja del Congreso federal.
Frente a esta situación es que el panista muestra su desesperación lanzando estas declaraciones con la idea de encontrar un eco en el ámbito ciudadano. Pero estas mismas acusaciones se le podrían revertir a su partido.
Los panistas, como el michoacano Germán Martínez, piensan que en medio de este lodazal de corrupción y complicidades en que se ha convertido la lucha contra el narcotráfico, puede caminar sin mancharse y por eso es que la lanzado la piedra en contra del PRI.
Pero como señala el viejo adagio bíblico: el que este libre de pecado que lance la primera piedra, y en su partido hay "aves azules" que ya han manchado su plumaje. Y de eso nadie habla en el PAN.
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