20 de julio de 2008

Los políticos y los medios de comunicación: amistades peligrosas

Sarkozy, estrella mediática | David Tett

En Europa, los medios de comunicación están lejos de estar sometidos por los políticos. Pero las relaciones entre estos dos poderes oscilan entre la convivencia y el enfrentamiento. Situación en Francia, Rumanía e Italia.


El sondeo anual del periódico La Croix sobre la confianza de los franceses en los medios de comunicación nos da una idea de la imagen que tienen los ciudadanos sobre sus periodistas. Según este sondeo de opinión, 57% de los encuestados creen que los periodistas no resisten a las presiones políticas. El 54% cree que sucumben a las presiones financieras.

Francia y Sarkozy: decisión política



El inesperado despido del presentador de 20 horas de la cadena privada TF1, que había ocupado ese puesto durante veintiún años, Patrick Poivre d’Arvor, ha suscitado de nuevo grandes debates sobre las relaciones entre los medios de comunicación y el Ejecutivo. Poivre d´Arvor se opuso en noviembre de 2007 al nombramiento de una persona cercana al presidente Sarkozy como director de información de TF1 y, además, al Jefe del Estado tampoco le habría hecho mucha gracia un comentario del presentador comparándolo con un “niño pequeño” en su primer G8. Poivre d’Arvor, que dejó su puesto el pasado 10 de julio, califica sin paliativos su salida de “decisión política” orquestada desde el Elíseo.

Sarkozy ya se le había visto el plumero gracias a Alain Genestar, el ex-director de Paris Match, cesado en 2006 tras haber publicado una foto de Cecilia Sarkozy y Richard Attias en Nueva York en Agosto de 2005. Las relaciones de amistad que tiene el presidente francés con numerosos directivos de prensa (entre ellos los de Paris Match y TF1) alimentan las sospechas de favoritismo. Por cierto, Sarkozy ha provocado recientemente una protesta al aludir a un posible nombramiento del presidente del grupo del servicio público France Télévisions por el Presidente de la República, reemplazando a la CSA (Consejo Superior del Audiovisual de Francia) como ocurría hasta ahora.

Pierre Musso, especialista de comunicación, ve en esta propuesta un “retorno a los principios”, e incluso, una “ampliación” de las prerrogativas políticas. “La presidencia del General De Gaulle estuvo marcada por un gran dominio de la política sobre la información pero, también, por una gran libertad de programación”, analiza el autor de la obra Le sarkoberlusconisme (L´Aube, 2008), “ahora bien, Nicolas Sarkozy interviene también en los programas”. Pierre Musso propone como solución la inclusión en la Constitución de la independencia de la televisión pública.
Rumanía: menos esfuerzos tras la adhesión a la UE

La amenaza del intrusismo político en la esfera mediática está aún más presente en Rumanía, donde el Senado adoptó el pasado 25 de junio un proyecto de ley sobre los medios audiovisuales que impuso a emisoras de radio y canales de televisión emitir su 50% de noticias ‘ positivas’. El Tribunal Constitucional ya ha derogado dicha ley y el presidente rumano, Traian Basescu, se ha opuesto inmediatamente al texto. La enmienda ha sido, por tanto, rechazada.

Pero la oenegé rumana Media Monitoring Agency (MMA), que lucha por la libertad de los medios de comunicación, ha constatado “un aumento de las presiones políticas” en 2007. Según Liana Ganea, la número dos de MMA, “los políticos han relajado sus esfuerzos en favor de los medios de comunicación tras la adhesión a la UE en 2007”. Liana Ganea está dividida al hacer balance del presidente: ella le reprocha su comportamiento “a menudo hostil” hacia los periodistas, pero reconoce que “siempre ha sido un compañero fiel de las oenegés, sobre todo por la libertad de los medios de comunicación”. En 2007, el presidente Basescu trató de “sucio gitano” a un periodista que le molestaba mientras que hacía la compra.

Italia y Berlusconi: los medios quedan en familia



Silvio Berlusconi, el presidente del Consejo italiano, simboliza la colusión entre los medios de comunicación y la política. El Cavaliere posee los tres canales de televisión privados más importantes del país y es accionista mayoritario de uno de los mayores grupos editoriales de prensa transalpinos (La Mondadori), mientras que su hermano es el dueño del periódico Il Giornale y su mujer, Verónica Lario, es propietaria de otro periódico italiano, Il Foglio.

Sin embargo, Pierre Musso advierte contra la tesis simplista que atribuye el control de la opinión a la persona que posee una cadena de televisión privada: “Hay al menos dos filtros: el de los periodistas, con el papel de las sociedades de redacción, y el de los telespectadores, ¡que no son idiotas!”. Pierre Musso recuerda que Berlusconi perdió las elecciones legislativas en dos ocasiones a pesar de su imperio mediático. “Con Sarkozy y Berlusconi, la política ha sido captada por los medios audiovisuales, y no al revés”, subraya. Así, ambos serían el fruto de un contexto donde lo político se convierte en “lo audiovisual seguido de otros medios”.

Parece que el señor Berlusconi se ha adentrado en aguas peligrosas. El pasado 27 de junio, el semanario italiano L’Espresso revelaba que en 2007 Silvio Berlusconi, en ese momento líder de la oposición, habría propuesto un pacto secreto a Agostino Sacca, en aquel momento director general de la RAI. El Cavaliere le habría pedido a Sacca contratar a ciertas actrices, a cambio de que él se encargara de acelerar su carrera. Es un caso del que estar pendiente. Pero… ¿en qué cadena?

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