El presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el primer ministro de Canadá, Stephen Harper; y el mandatario mexicano, Felipe Calderón, se reúnen hoy en Guadalajara, México, en la Cumbre de Líderes de América del Norte. Entre los temas que abordarán estará la creciente violencia relacionada al narcotráfico en el continente, pero también se espera que conversen sobre la situación política en Honduras.
Es una lástima que el Ministerio de Defensa de Colombia no participe ya que podría mostrarles evidencia de la conexión entre los simpatizantes del depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, y el proveedor sudamericano más importante de drogas ilegales a América del Norte: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Lo sé porque la semana pasada esa evidencia llegó a mi escritorio.
Las FARC son uno de los actores principales en el comercio de cocaína y documentos encontrados en las computadoras que halló el ejército colombiano durante una redada en un campo del grupo guerrillero en Ecuador el año pasado, muestran que los rebeldes han estado activos en Honduras. Varios de esos documentos llegaron a mi poder la semana pasada. Uno es una carta de marzo de 2005 escrita por uno de los capos de las FARC dirigida al hoy fallecido líder rebelde, Raúl Reyes. La carta ofrece una lista de "relaciones políticas que apoyan (a las FARC) y con las cuales se coordina trabajo" en la región y en España.
El Partido de Unificación Democrática (UD) de Honduras es una de las organizaciones en dicha lista. El UD tiene una representación limitada en el Congreso pero es el único partido que apoya el regreso de Zelaya. Dondequiera que haya manifestaciones violentas y bloqueos de caminos en apoyo a Zelaya, está el UD.
La carta de las FARC dice que existen 45 de esas organizaciones. A Calderón tal vez le interese saber que entre ellas figuran el Partido de los Trabajadores y la Juventud Comunista de México.
Incluso sin la conexión con las FARC, no hay que perder de vista que Zelaya violó la ley hondureña al tratar de cambiar la Constitución para que pudiera postularse a una reelección. Zelaya también exhortó a una turba que irrumpió en una bodega de la Fuerza Aérea donde se guardaban las papeletas que se iban a usar en su referéndum ilegal. El 28 de junio, fue arrestado por una orden de la Corte Suprema, deportado por el ejército y removido de su cargo por el Congreso. Incluso su propio partido, el Partido Liberal, apoyó su destitución y expulsión del país y la mayoría de la población respalda tales medidas.
Obama y Calderón, sin embargo, no son partidarios de la destitución de Zelaya y ambos quieren su regreso.
Hace dos semanas, el gobierno de Obama anuló las visas de algunos funcionarios del gobierno hondureño. Además, la semana pasada Calderón desplegó la alfombra roja en Ciudad de México para recibir a Zelaya en una publicitada demostración de apoyo a su regreso al poder. Hay que reconocer que el gobierno de Harper ha sido más mesurado en su respuesta a los acontecimientos de Tegucigalpa.
Se dice que un presidente mexicano que se ubica a la derecha de la Casa Blanca enciende la mecha de la política doméstica. Eso podría explicar por qué el centroderechista Calderón fue el anfitrión de una visita de Estado de Zelaya. En este tema, quiere mantenerse a la izquierda de un presidente estadounidense izquierdista.
Pero la situación no es tan simple. Calderón ha librado una "guerra" contra los carteles del narcotráfico en México que desde diciembre de 2006 ha cobrado la vida de 1.077 agentes del orden. Ahora, tanto él como Obama, tendrán que explicar su apoyo a una facción política en Honduras que está aliada al crimen organizado. Según la evidencia recogida por la inteligencia colombiana, que me llegó en forma indirecta, eso es exactamente lo que están haciendo.
Los hondureños no quieren a Zelaya en su país porque lidera una turba violenta y antidemocrática con la que intentó socavar las instituciones de la misma manera en que lo ha hecho Hugo Chávez en Venezuela. Chávez también ha entrenado a Daniel Ortega en Nicaragua, a Rafael Correa en Ecuador y a Evo Morales en Bolivia. Las democracias de esos países se han visto gravemente debilitadas.
Pero aunque a Obama y Calderón no les importara la libertad de los hondureños, no pueden pasar por alto la posibilidad de que el establecimiento de un gobierno chavista en Honduras eleve el costo, en sangre y en el erario público, de su "guerra contra las drogas".
La conexión de las FARC podría ayudar mucho a explicar por qué Chávez se esfuerza tanto en que Zelaya sea repuesto en el poder. Ya es sabido que el hombre fuerte de Venezuela apoya de manera activa a las FARC en Sudamérica. Los rebeldes cuentan con un refugio seguro a lo largo de la frontera y tan sólo el mes pasado, una redada del ejército colombiano a un campo de las FARC arrojó una serie de lanzacohetes antitanques de fabricación suiza que habían sido originalmente vendidos a Venezuela. A Chávez todavía le falta ofrecer una explicación creíble sobre cómo estas armas llegaron a manos de los terroristas colombianos.
Un informe de julio de la Oficina de Auditoría General de EE.UU. (GAO, por sus siglas en inglés) halló que Venezuela se ha convertido en una ruta de tránsito de cocaína colombiana, 60% de la cual es exportada por las FARC. La GAO también encontró que altos miembros del gobierno de Chávez y del ejército venezolano son cómplices. "Según los funcionarios de Estados Unidos, la corrupción dentro de la Guardia Nacional de Venezuela representa la amenaza más significativa porque la Guardia le reporta directamente al presidente Chávez y controla los aeropuertos, fronteras y puertos de Venezuela", dice el documento de la GAO.
Los líderes de la cumbre de hoy hablarán sobre su guerra contra las drogas. Quizá Calderón y Obama explicarán por qué apoyan a un político hondureño derrocado cuyos simpatizantes comparten una causa con los terroristas narcotraficantes. Todos los norteamericanos merecen una explicación.
1 comentario:
Soy hondureño, olanchano, donde nació Mel Zelaya, lo conozco desde niño. La gente de Olancho tienen fama de ser matones, todos lo saben en Honduras. El padre de Mel Zelaya asesinó a un sacerdote católico colombiano y 14 campesinos en Olancho y nunca pagó por sus delitos. Mel es un hacendado que obtuvo el dinero talando árboles para negociar con la madera, pero es un rico ignorante. Mel tenía nada en la cabeza cuando llego al poder, pues fue un estudiante universitario fracasado, pero encontró en la oferta de Chavez su única forma de competir con la gente culta de Honduras, tratando de imponerse por medio de la fuerza del socialismo. Ni modo que los hondureños seamos estúpidos para dejar que Mel, un hombre que no tiene iniciativas propias, sino que vendió al país a Venezuela, nos llevara a la ruina. Lastimosamente, quienes primero informaron al mundo del derrocamiento de Mel fueron periodistas sudamericanos que cubren medios internacionales. Los chilenos inmediatamente revivieron los demonios de Pinochet, los argentinos recordaron sus dictaduras y todos sugestionados por sus traumas echaron a Honduras en el mismo bote, sin conocer las interioridades de lo acontecido. En Honduras se han aplicado las leyes de sucesión porque Mel quebrantó la constitución. Antes de Michelatti, Honduras era un aeropuerto de Venezuela donde caian avionetas llenas de droga, la última se estrelló durante el gobierno de Micheletti. Todas las personas que hoy protestan en Honduras, están pagadas por Chaves o fueron comprados por Mel. Mel es corrupto, pagó periodistas cuando estaba en el FHIS y lo siguió haciendo en su gobierno. El mundo se ha formado una opinión errada de Mel Zelaya, nosotros le conocemos mejor...Estoy orgulloso de mi patria porque se ha dado a respetar. Recuerdo una estrofa de nuestro himno nacional que reza: "India virgen y hermosa dormias"...tal como la encontró Colón, y así es Honduras de pacifica, pero ha reaccionado en su mejor momento, cuando tocaron la niña de sus ojos, La Constitución la República, lo único que nos hace un pueblo Libre Soberano e Independiente, como señala nuestra constitución. Como pues permitiremos que otros pueblos nos quieran imponer su voluntad. Los Hondureños sabemos bien que cada quien busca su propio interes en este caso. La OEA (vendida al socialismo) solo quiere hacer valer sus resoluciones y Honduras no puede confiar su destino a un organismo alineado a la izquierda, que nos condenó sin escuchar nuestras razones, algo insólito en derecho. A Obama le interesa mantener su palabra de no intervencionismo en AL. Y a Honduras ¿Quién la defiende? Si las organizaciones internacionales tienen el fin hacer respetar la soberania de cada país ¿porque no se respeta la aplicacion de nuestras propias leyes? ¿Porque se nos humilla y presiona para tratar de restituir a un presidente destituido legalmente de acuerdo a nuestra constitución? Sinceramente, los hondureños sentimos que hemos sufrido más por la incomprensión e intervención de los países en nuestras desiciones basadas en nuestra propia ley, que por la misma destitucion de Mel. Solo nos resta aprender de otras naciones, como Israel, que despues de ser pisoteada, asesinada, humillada e ignorada por todos los paises del mundo, una vez que aprendieron su lección que les costó desaparecer del mapa, se constituyeron nuevamente en una nación y decidieron que jamás dejarían que otros decidieran su destino como nación y prefiriendo defender su tierra, aun a costo de su propia vida y por eso permanecen hasta el dia de hoy como nación. Eso es lo mismo que hacemos en Honduras, preferimos morir de hambre y aceptar el rechazo internacional, antes que vender nuestra amada patria a la ambición de poder y dinero de Mel y Chávez. De ser una india virgen dormida, Honduras le ha abierto los ojos a la humanidad y les ha dado una leccion de como se debe defender su propia patria, con valor, ¡QUE VIVA HONDURAS!
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