Este pequeño edificio, de tan sólo un piso, es la nueva gran idea de Muhammad Yunus, ganador del Premio Nóbel de la Paz por su trabajo en microcrédito.
Dentro del inmueble el economista asiático espera revolucionar al mundo, que aún sigue transformándose con su primer gran idea.
“Yo espero que esto sea un importante punto de referencia en la historia de los negocios”, comenta Yunus días después de la ceremonia de inauguración de la fábrica en Noviembre. “El concepto que representa es muy poderoso”, añadió.
El concepto llamado “empresas con iniciativas sociales”, no es tan conciso o tan claro como “microcrédito”, pero Yunus cree que representa la evolución de su antigua idea con una nueva dirección.
La primera idea de Yunus inició con un préstamo de 27 dólares y la noción de que los marginados, particularmente las mujeres de bajos recursos, podrían convertirse en emprendedoras si tan sólo tuvieran los recursos para iniciar su propio negocio.
La institución que fundó, Grameen Bank, tomó más de tres décadas en recibir reconocimiento internacional, pero actualmente ha transformado la forma en que funcionan los bancos, y los países en vías de desarrollo.
Este programa fomenta el espíritu emprendedor de las personas como un medio para aliviar la pobreza; dejando a un lado la caridad.
Replicas del programa han sido adoptadas en casi todos los países incluyendo África, América Latina, e inclusive en Harlem.
La industria de micropréstamos, de 9,000 millones de dólares, han atraído nombres como Citigroup, Deutsche Bank y la fundación de Bill y Melinda Gates.
Dichas industrias afirman que las amenazas por incautar activos no siempre funcionan para que la gente pague sus deudas. Grameen, en cambio, tiene una tasa de cobranza de 98%, mucho más alta que la industria estándar de crédito.
El experimento del yogurt
En otoño de 2005 Yunus invitó al CEO de Danone, Franck Riboud, a comer y le propuso construir su primer “empresa de iniciativa social”. Riboud aceptó. El yogurt Danone sería usado para combatir la malnutrición, a un costo de 7 centavos por envase.
Todas las ganancias de la inversión conjunta con Grameen serán reinvertidas a Danone; removiendo solamente el costo inicial, unos 500,000 dólares, después de tres años.
La fábrica -que prevé abrir por lo menos 50 más - dependerá en que los microacreedores de Grameen compren vacas para vender su leche, los microprovedores vendan el yogurt de puerta en puerta y los 6.6 millones de miembros de Grameen lo compren para sus hijos. Se les dará trabajo a entre 15 y 20 mujeres. Danone estima dar ingresos a alrededor de 1,600 personas.
Envases biodegradables hechos de maicena, paneles solares para generar electricidad y drenajes de recolección de lluvia hacen que la empresa sea amigable al medio ambiente.
Organizaciones internacionales como UNICEF creen que este modelo de negocio sustentable podría revolucionar la manera de mejorar la nutrición; están monitoreándolos de cerca- y podría ser que hasta repliquen el modelo buscar su replica por todo el mundo.
Para Riboud esta empresa es para expandirse a nuevos mercados con productos que mejoran la nutrición. “Es una estrategia de crecimiento para nuestra compañía”, comenta el director. “Estamos convencidos que en este mundo, cuando eres una compañía de productos de consumo y el país está en desarrollo, es absurdo pensar solamente en la punta de la pirámide”.
Riboud, como Yunus, dice que el modelo económico tradicional no está funcionando. Agregando, “yo no quiero hacer eventos de caridad, la fortaleza es que es un negocio, y si es un negocio, es sustentable. Los accionistas están felices”.
El CEO de Danone añade que pueden ver los beneficios sociales, algo que a final de cuentas será reportado como algo importante, junto con las ganancias de Danone y Stonyfield yogurt y Evian y Volvic que hacen agua mineral.
“Lo que estamos diciendo es que la maximización de los ingresos no es la única manera de medir valor”, dice Emmanuel Faber, encargado de las operaciones en Asia y el Pacífico. “Esta es una nueva forma de escoger acciones por un impacto social”.
Ideas como estas estan siendo discutidas en corporaciones como GE, Unilever, Coca-Cola, PepsiCo y Cargill, dice Marc Ban Ameringen, director ejecutivo de la “Global Alliance for Improved Nutrition en Ginebra.
“La idea de Danone de crear un dividendo social entre los accionistas, es algo muy vanguardista. Apoya tu marca, te deja capital, no vas a perder dinero y le estas dando a tus accionistas una visión de algo socialmente bueno.”
Yunus inclusive dice que en las escuelas de negocios deberían de empezar a impartir maestrías ó MBAs, por sus siglas en inglés, y educarlos para crear capital social.
En países como Bangladesh, paralizados por las huelgas y un gobierno inepto, es obvio que Yunus vea en los negocios una solución para resolver los problemas sociales. Sin una asociación como Grameen y otras organizaciones altruistas, la situación en Bangladesh podría estar mucho peor.
Mientras mitad del país sigue viviendo en la pobreza extrema, Grameen afirma que 5% de sus acreedores escapan la pobreza cada año; ayudando a disminuir desde un 1% a 2% la pobreza en este país.
1 comentario:
Respecto a la nota del 26 de Marzo de 2007 "Salvando al mundo con yogurt"
Queremos tener mas informacion al respecto, ya que en Tijuana Baja California, Mexico, existe un programa de apoyo al emprendedor rural; en el que las tierras ejidales que ya no producen (principalmente por la edad avanzada de los ejidatarios) le son rentadas o entregadas a nuevos jovenes emprendedores rurales que deseen ponerlas a producir, en la que reciben apoyos ambas partes ya que el viejo propietario recibe un fondo creado de los minsmos recursos de cada proyecto, para lograr que la tierra produzca en proyectos inovadores como el de Danone. Aqui en Tijuana podria ser un buen proyecto si se exportase el producto a San Diego. Ademas la tierra es apta para la Ganaderia.
Desamos mas Informacion ya que estamos iniciando un grupo de comunidad de apoyo mutuo, para este tipo de proyectos.
Atte.
Profesor y Arq. Manuel Reyes
arq_manuelreyes@yahoo.com.mx
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