ANDRÉS OPPENHEIMER
A pesar de los sombríos titulares sobre América Latina en la prensa internacional, hay algunos motivos para ser optimistas sobre el futuro de la región.
No hay duda de que los titulares de la semana pasada pueden dar la impresión de que - mientras la China, India avanzan exitosamente con su inserción en la economía global - Latinoamérica no va para ningún lado.
Los pesimistas citan los últimos titulares como ejemplos de que en Latinoamérica está avanzando una izquierda reaccionaria, liderada por gobernantes que, envalentonados por un incremento temporal de los precios de las materias primas que exportan, están ahuyentando las inversiones, generando más fuga de capitales, más cierres de fábricas y más pobreza.
El viernes, en lo que quizás pase a la historia como un golpe constitucional, el presidente boliviano Evo Morales, dio un paso más hacia una democracia autoritaria al estilo venezolano. El partido de Morales en la nueva Asamblea Constituyente aprobó por 156 votos a 77 darle a esa institución poderes “fundacionales”, lo que le permitirá redactar una nueva Constitución a su propia medida.
La oposición dice que la medida fue ilegal, porque según la ley boliviana Morales, necesitaría dos tercios de los 255 votos de la Asamblea para dictar una nueva Constitución, cosa que no obtuvo.
Mientras tanto, en Ecuador, una nueva encuesta mostró que el candidato populista de izquierda Rafael Correa, pasó al frente de las encuestas para las elecciones del 15 de octubre. Correa, un aliado de Chávez, promete convocar a una Asamblea Constituyente para “refundar” la nación, tal como lo hicieron Venezuela y Bolivia. En Nicaragua, el ex presidente izquierdista radical Daniel Ortega, está primero en las encuestas para las elecciones del 5 de noviembre.
Si Chávez logra ganar el asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que está buscando, y si sus aliados ganan en Ecuador y Nicaragua, el Presidente venezolano tendrá un escenario mundial desde donde difundir su discurso narcisista-leninista, y tendrá un bloque integrado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua desde donde expandir su influencia en América Latina.
Sin embargo, mientras leía todas estas noticias esperando un avión en el aeropuerto de México, me tropecé con una noticia más pequeña pero potencialmente más significativa: el 24 de octubre, México va a lanzar su primer bono a 30 años emitido en pesos mexicanos.
El Ministerio de Finanzas confía en que habrá suficiente confianza de los inversionistas para comprar esos bonos. Si el plan resulta, México podrá -como lo hacen los países ricos- ofrecer bonos de largo plazo para financiar sus carreteras, escuelas, y hospitales, algo que la mayoría de los países latinoamericanos todavía no pueden hacer, porque nadie los compraría.
Más importante aún, en la víspera de la elección presidencial de hoy en Brasil, no había en la prensa internacional titulares alertando sobre un posible cambio radical en el país más grande de Sudamérica. Por el contrario, los artículos resaltaban que el presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva - un ex-izquierdista de línea dura - se ha corrido tan hacia el centro que Brasil seguiría creciendo con estabilidad independientemente de quién ganara la elección.
En Perú, el presidente Alan García, quien en su anterior Presidencia había suspendido el pago de la deuda externa, ha regresado al poder como un izquierdista moderno que busca la inversión. En Chile, la presidenta socialista Michelle Bachelet, está continuando con la exitosa apertura económica de su país.
La buena noticia es que hay una nueva estabilidad democrática en una buena parte de Latinoamérica, en muchos países liderada por la izquierda. Los inversionistas no están huyendo de países como México, Brasil, Perú o Chile. Y lo que es aún más esperanzador, hay indicios de que esta nueva estabilidad democrática está dando resultados.
Según cifras oficiales, Chile ha reducido la pobreza del 39 por ciento de la población al 18 por ciento en los últimos 15 años. Perú ha reducido la pobreza del 54 por ciento al 48 por ciento en los últimos cinco años, y Brasil, según un nuevo estudio del Instituto Data-folha, ha sacado a más de 6 millones de personas de la pobreza extrema en los últimos cinco años. En México, la pobreza bajó en un 20.5 por ciento en los últimos seis años, sacando de la pobreza a 4.8 millones de personas, según estimados oficiales. “Claramente, los sectores más pobres han sido los que más han ganado”, me dijo el vocero presidencial de México, Rubén Aguilar. Está claro que queda muchísimo por hacer para reducir la obscena inequidad en la región y sus niveles de pobreza extrema. Sin embargo, sin discursos polarizantes ni reprimiendo a la oposición, ni coartando libertades esenciales, estos países están empezando a hacer más por elevar el nivel de vida de los pobres que Chávez, Morales, Fidel Castro y sus aliados. ¡Esas son buenas noticias!
3 comentarios:
¿Pero que me dices de los blogs panistas que promovieron envenenar el agua en los campamentos?
tampoco con imposición y con una conciencia social construida por medios parciales como la televisión se logra una sociedad crítica. Tanto tu blog como el mío como cualquier otro son aportes a la libertad de expresión, no importando la postura ideológica que tengan
Concuerdo en que America Latina tiene mucho con que salir adelante.
Como bien mencionas, Mexico, Brasil y Chile estan saliendo rapidamente adelante. Pero se trata de gestiones que poco tienen que ver con la izquierda. El caso de Lula es un claro ejemplo. Un Presidente que asumio el poder con discurso socialista y que enseguida se emcamino por el centro-derecha logrando el crecimiento de su pais.
Me pregunto que sera de las otras naciones... De paises como el mio, donde el Presidente emite discursos demagogos, dondo el Presidente se pelea con los empresarios del exterior, donde el Presidente intenta silenciar la voz del periodismo... Resulta paradojico aceptar que la Argentina tiene un Goierno que, de nombre, es "Centro-Derecha" (peronista), pero que en accion es un falso imitador del socialismo.
Publicar un comentario