José Antonio Crespo
Con una decisión dividida, la Suprema Corte dejó abierta la posibilidad de que se presenten candidatos independientes para ocupar cargos de elección popular, por lo pronto en Yucatán, que ya legisló al respecto, pero ello podría ampliarse a todo el país, previa reforma electoral. La conclusión es que la Constitución no impide que se presenten tales candidaturas. Es un tema largamente discutido desde hace años. Y muchos interpretaban que la Constitución impedía esa posibilidad. Ahora la Corte ha dicho que no. ¿Qué sucede en el resto de las democracias? ¿De verdad estamos totalmente rezagados en esa materia, como sí lo estamos en lo que hace a la reelección consecutiva de los legisladores? No. Hay muchos países que no contemplan las candidaturas independientes y cuyo carácter democrático nadie osaría poner en duda, como lo son Uruguay, Brasil o Costa Rica y, más sorprendente aún, Noruega, Islandia, Suecia y Austria. Las candidaturas independientes no están entonces inevitablemente asociadas a la idea de la democracia. Pero puede decirse que en la mayoría de las democracias sí está contemplada la posibilidad de que ciudadanos apartidistas se postulen como candidatos a legislador, y en muchos casos a presidente. Es el caso de países como Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Alemania, Italia, Portugal, España, Suiza, Bélgica, Gran Bretaña, Irlanda, India, Holanda, Dinamarca, Canadá o Finlandia. Y también sucede en múltiples democracias incipientes, como Albania, Armenia, Bolivia, Chile, República Checa, Georgia, Hungría, Corea, Rumania, Rusia, Eslovaquia, Venezuela, Turquía, Ucrania, Filipinas y Polonia, entre otras más.
Viene después el grado de facilidad o dificultad para presentar tales candidaturas, en lo que prevalece una gran variedad de modalidades. Es algo que tiene que quedar bien regulado para evitar que postularse sea excesivamente difícil (y que la disposición quede en letra muerta) o demasiado fácil (y entonces lleguen filas de candidatos espontáneos buscando obtener alguna ganancia, así sepan que no ganarán el cargo en disputa). En Yucatán se solicita, por ejemplo, el respaldo de al menos 2% del electorado inscrito en la demarcación que se busca representar. Si, por ejemplo, alguien desea postularse como diputado federal del distrito tres, en Mérida, tendría que recabar el apoyo de aproximadamente cinco mil ciudadanos. En Sonora, el umbral es mucho más elevad diez por ciento. De modo que quien quiera representar al distrito cinco, en Hermosillo, tendría que obtener la firma de 22 mil ciudadanos. Y si buscara contender para gobernador de esa entidad tendría que ser respaldado por 170 mil electores.
En varios países se piden requisitos similares. En Polonia se exige el reapaldo de cinco mil ciudadanos para contender por una diputación. En Portugal, la cifra oscila de siete mil 500 a 15 mil firmas, dependiendo del tamaño de la demarcación. En Australia se exigen seis mil apoyos. En España, Rusia y Ecuador se requiere, para ser diputado, el visto bueno de 1% de los electores de la circunscripción por la que se quiere contender. En Rumania, si se busca ser legislador, se pide el respaldo de 5% de los electores, pero si se desea competir por la presidencia, entonces se requieren 300 mil firmas. En Rusia y Ucrania se necesita un millón de respaldos debidamente documentados, lo que no parece muy fácil.
En muchos otros países, sin embargo, el número requerido de firmas es bastante bajo. Mil en Italia, para ser diputado; 750 en Hungría; en Dinamarca, sólo 200 respaldos, y 300 en Albania. En Finlandia se exige sólo 100 (y 20 mil si se quiere competir por la presidencia). En otros países, más que firmas, se requiere la recomendación de un cierto número de legisladores, lo que tampoco podría ser muy complicado. En la República Checa basta con ser postulado por diez diputados o senadores. En Bélgica, se piden cinco mil firmas de electores y el aval de dos legisladores. Y en algunos países se exige depositar una determinada suma de dinero, a veces reembolsable y otras no. Este requisito suele combinarse, aunque no siempre, con la presentación de firmas de electores. En Turquía deben depositarse 30 mil dólares, que no serán devueltos bajo ninguna circunstancia. En Holanda deben aportarse 11 mil euros, que pueden ser reembolsables, de obtenerse cierta votación, aunque no se obtenga la curul. En Australia deben dejarse en prenda sólo 185 dólares, mismos que serán devueltos si se alcanza al menos 4% de la votación en el distrito en el que se contiende. Y en Canadá, aunque sólo se piden 100 firmas para ser registrado, hay que agregar 650 dólares. En Inglaterra la suma es 500 libras esterlinas. Hay pues una gran variedad de requisitos para que candidatos sin partido puedan contender por un cargo de elección popular.
Volviendo a México, mi posición es a favor de las candidaturas independientes como vía para romper el rígido monopolio partidista, pero veo con inquietud dicha posibilidad en el caso de gobernadores y, sobre todo, del Presidente, pues se abriría la posibilidad de que arribaran a esos cargos ciudadanos sin ningún respaldo en el Congreso. Y se supone que estamos explorando fórmulas para dar a los jefes de gobierno justamente un respaldo mayoritario en el Legislativo, que haga gobernable nuestra hasta ahora ineficaz democracia. Algunos legisladores, molestos con la resolución de la Corte, han dicho ya que modificarán la Constitución para impedir que algún ciudadano sin partido les arrebate sus preciados cargos, con todo y jugosos salarios, bonos, aguinaldos y prerrogativas. No me sorprende. Saben que están en la escala más baja de confianza y credibilidad. Incluso por debajo de la impopular policía.
2 comentarios:
Pero debe tomarse en cuenta quizás que en México hay actores estratégicos influyentes que podrían acceder con facilidad a esas candidaturas por el simple hecho de su influencia. Ahí está el caso de los dueños del duopolio televisivo. Si Azcárraga se decide postular, pone a su televisora todo el día a hacerle propaganda y veamos si no nos lavan la cabeza fácilmente.
Quizás Azcárraga sea mal ejemplo porque seguro tendrá mejores cosas que hacer que andar mendigando un puesto político. Seguramente pondrá mayor empeño en administrar sus millones.
El punto es que cualquier líder de opinión, cacique o empresario rico podrá fácilmente ser candidato mientras que el resto de los ciudadanos no podríamos acceder en realidad a este nuevo mecanismo. Sería entonces uno más de los instrumentos que fomentan la desigualdad de los mexicanos.
La idea de las candidaturas es muy atractiva pero habría que prever su verdadero impacto y su utilidad para nuestra democracia.
Y yo le pregunto al usuario anónimo que dejo el comentario previo: ¿Y que diferencia hay que gobierne Azcarraga o Slim si de cualquier modo lo hacen, utilizando como marionetas a los políticos corruptos?
Las candidaturas independientes son practicamente la única salida pacífica al pueblo, acorralado por un lado por una dictadura económica y por el otro de una partidocracia que monopoliza la política del país. Cuando para que una democracia funcione esta debe ser participativa.
Las candidaturas independientes abren la posibilidad para que la población comienze a suplir a los funcionarios inútiles y corruptos de cualquier partido, por ciudadanos capaces y honrados. Y esto obviamente no debe empezar por el presidente de la república, sino por los ayuntamientos y diputados de distrito.
Al sanear la estructúra política desde sus cimientos, esto da la oportunidad que lleguen diputados independientes a la cámara, que realmente representen a la población y que provean potencialmente de apoyo a un presidente independiente cuando este llegue.
La solución no llegará en un día o un sexenio, será un arduo trabajo, especialmente inculcar a la población conciencia y responsabilidad social para que participe en la vida política.
Con respecto a los requerimientos para postularse como candidato independiente sería extremadamente injusto que se pidiera dinero, y con esto despojar a la gente humilde de ese derecho y crear una "plutocracia". Todos deberiamos ser capaces de votar y ser votados.
La mejor opción es que cuente con apoyó de la población. Un porcentaje modesto para permitir que se registre y otro mas considerable para permitir que aparezca en las boletas. 2% y 10% por decir un número.
Frente Ciudadano contra la Partidocracia: http://mexicovspartidocracia.wordpress.com/
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